GRIETAS
Grietas
Las piedras que están en el muelle del mar de mi pueblo
Tienen más poesía que mi poetas de todos los tiempos,
Y
más historia que el Reino de Judá,
Y
más vida que toda la que hay en este corazón nostálgico.
Las
piedras que están en el muelle del mar de mi pueblo
Tienen
lo más bonito de mi poesía,
De
mi historia,
Y
de mi vida entre sus grietas,
Tienen
mi mirada perdida
Y
mis sueños enteros
Que
se estremecen con cada ola que las golpea.
Tienen
la poesía de muchos,
La
historia de muchos,
La
vida de muchos…
Esas
piedras,
Las
piedras que están en el muelle del mar de mi pueblo,
Tienen
más poesía que mil poetas de todos los tiempos.
BENDITA LA VIDA
Bendita
sea la vida
Cuando
sonríe y cuando llora,
Cuando
golpea y cuando acaricia,
Cuando
baila, cuando grita, cuando duele;
Desnuda,
vestida, engalanada o con harapos,
Bendita
sea,
y bendito el pedacito de Dios
que
se queda en mi mejilla
cuando
mis hijos me besan.
Bendita
la vida cuando cambia,
Se
trueca, se quita los colores o se los pone.
Bendita
la vida
que
se reduce a piezas de lego en manos de un niño
que
juega a ser dios,
y
se perpetúa en el insomnio
que
provoca el temor de perderla,
y
se condensa en tus labios
para
ser ofrenda en mis manos.
Bendita
la vida
Que
es el único instante que nos pertenece.
QUE UN BESO VALGA
Que
un beso valga el alma
Y
la vida,
y el cielo y el infierno
Con
todos sus ángeles y demonios.
Que
un beso sea toda la existencia en un instante
Y
toda la entrega,
Y
toda la danza
Y
todos los miedos
Y
alegrías
Y
no muera nunca
Aunque
desfallezca el instante.
Que
un beso no sirva para vivir tranquilos,
Pero
sí para morir en paz,
En
la paz de la entrega y la plenitud.
Que
un beso sea el silencio
y el ocaso frente al mar,
sobre
tus piernas,
sin
prisa, sin tiempo,
sin
palabras, sin promesas,
sin
esperar, sin futuro, ni pasado,
solo
ese instante y ningún otro.
Que
un beso valga el alma
Y
la vida…
Y
todo lo demás será efímero.
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