TARDE DE GRISES
Eran las dos de la tarde de aquella tarde plena de grises. Quienes venían de la mañana sentían pena por nosotros porque esa mañana había estado repleta de colores. Los del día siguiente tenían mucha esperanza. Pero en ese momento, eran las dos de la tarde y esa tarde estaba plena de grises. Nos tocó sacar colores de adentro, aprender el arte del grafito y apreciar su belleza. Nos tocó aguantar con paciencia y gratitud la lluvia que no termina de caer y nos inunda por dentro. Nos tocó reconocer a los verdaderos héroes, verlos sucumbir y sostenerse unos a otros para mantener la esperanza de los del día siguiente. Nos tocó. Que no se agoten los colores de adentro, ni la belleza del grafito, ni la sutileza del artista, ni la paciencia, ni la gratitud. Esta hora, de esta tarde, plena de grises, pronto será historia.
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